viernes, enero 25, 2008

GATOS Y BIGOTES


Como duele el último sueño,
de un soñador que está despertando.
(Gatos y bigotes)

Los miembros de este conspicuo grupo son mis amigos. Comenzaron en el cole, cuentan, quitándole tiempo y espacio a sus cantadas sacrosantas para llegar a la música. Sin caminos sinuosos, sino de frente como quien disfruta lo que hace. La música los llegó a alcanzar y ellos se dejaron, sin más ni más atrapar, y quienes podemos disfrutar de ello saludamos la suerte, el destino, la fatalidad. Escucharlos “hacer música” es ver acariciar el amor por lo que uno hace; y uno aprende, también, que la vida es más que el constante desasosiego; que uno puede, gracias a ellos, olvidarse un poco de uno mismo y prestarle atención al mundo. Es más, hasta el edulcorado de nuestro compatriota Gianmarco en sus voces suena bien. Con ellos no solo se disfruta la tocada, se disfruta, sobre todo, la amistad. Los que los conocen, a ver, digan que no.