El mensaje de la nación de nuestro presidente comenzó con un “mea culpa”, y terminó con una lista soporífera e interminable de “logros” que no se sienten, al menos, en la mayoría de los peruanos. Otra vez, una representación falsa, venida de las más altas esferas del poder. Nos enorgullecemos de nuestro arte culinario, pero olvidamos que la mitad de la población vive, literalmente, a pan y agua. El poder político-militar se mostró en un desfile cuyo único logro fue malograr la pista de una transitada avenida que costará, para repararla, al erario público la suma de 350 mil soles.
Es bueno dar razón de las alegrías, pero es mejor comprometerse en la esperanza. Hay que repensar la nación no solo económicamente, sino culturalmente. En un país fundamentalmente heterogéneo tenemos que aprender a respetar las diferencias. El otro, el próximo, el prójimo debe ser, en principio, nuestra patria. No nos abstraigamos tanto, pisemos tierra, defendamos y amemos nuestra tierra en nuestros semejantes…
Si la patria es la "tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”, como señala el DRAE: mi patria mi familia, mi patria mis amigos...
1 comentario:
Muy cierto mi querido amigo, en una patria tan heterogénea como la nuestra deberíamos comenzar por aprender a integrarnos y ser mucho más tolerantes. Cholo soy y no me compadezcas!
Y con respecto al mensaje de Alan, pues el mismo "floro" de siempre, con decirte que me "bajé" el discurso para leerlo. Mejor estuvo el primero del Cholo.
Vive le Pérou!
Un abrazo a la distancia,
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