viernes, septiembre 28, 2007

SINGLADURAS

Debería vivir solo, eso es lo que he debido de hacer hace tiempo. Causas: la dejadez y el bolsillo siempre vacío, pero dejémoslo en la dejadez. Entonces, tendría quizá la libertad, libertad tantas veces autonegada. Una libertad que me permitiría volar, volar entre libros y papeles, o entre el ordenador y papeles. Libertad que me permitiría vivir más, leer más, escribir más, y quizá hasta parecerme un poco a mi, o a ese otro que soy yo.

Debería de una vez por todas restregarles en la cara a todos los “besa manos” los adjetivos que se merecen. No debería perdonar tan fácilmente algo que me molesta tanto, y más aún si esas personas tienen algo en ellos que yo aprecio. Pero, todavía aún más, debería restregarles en la cara los adjetivos hiperbolizados que se merecen a aquellas personas cuyo fin en la vida es hacer algo para que otros les besen las manos. Entre paréntesis, los adjetivos que imagino son, todos, nonc sanctos.

Debería participar en el devenir político más activamente. En lo bueno de la política, claro. Aunque de alguna manera lo hago, debería salir más de vez en vez de mi "torre de marfil”. Debería enlistarme y hacerle frente a lo que hace de este mundo un mundo ingrato. Debería hacer más para evitar que las diferencias de equidad se acrecienten; hacer algo para que seamos más tolerantes a la heterogenia.

Debería volver a vivir con mis amigos la amistad compartida, deberíamos soñar de nuevo juntos. Andar por el mundo preguntándonos y respondiéndonos, y hacer menos cosas, sin más ni más, para lograr, ya escindidos, ya separados; eso que el mundo llama éxito y que suena a vacuo y que te vacía el alma.

Debería leer más, leer mejor. Tener ganas, nuevamente, de atrapar el mundo, que entre paréntesis no tiene nada que ver con el éxito que impone el mercado. Debería suspender lo Otro, para ser yo, o mi otro yo, el innominado (in)vidente.

Debería enamorarme de nuevo con la misma intensidad, de una buena vez, es decir, debería enamorarme más, o algo parecido. Debería ilusionarme de nuevo y de nuevo querer entregarlo todo. Entre paréntesis, quizá lo que deba hacer es dejar de enamorarme.

Debería dejarme amaestrar. No, eso no. Eso no me lo permito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todos deberíamos hacer mas de lo que hacemos, pero nunca es tarde para ello...

Saludos
Gateta